15 junio 2006

El guionista

Me da la impresión que como en las acciones de en esos supuestos ‘reality show’ o en esos comentarios y bromas acartonadas de las entregas de premios como Oscars o MTV, donde las cosas suceden cuidadosamente improvisadas, lo mismo sucede en la vida cotidiana. Y así como se alzan voces para acusar a esos programas de estar guionados, también a veces tengo deseos de alzar la voz y decir apuntando con mi poco serio índice acusador: “¡Esa vida está guionada!”

Y no es maldad, bueno no tanta, pero esto es algo que me está pasando últimamente con algunas de las personas que conozco. Lamentablemente la repetición, ‘arrutina’ y finalmente aburre, y ese viaje es solo de ida.

Pero ojo que una vida guionada no es tan simple como un “deja vú, no es solo repetir un gesto, una muletilla o la anécdota aquella tan graciosa con compañeros de facultad y la que a veces viene al caso, no, es más profundo e involucra más aspectos de la vida, sino todos, y lleva a convertir toda reunión social (la verdad no se si su vida intima también siga un guión), en una puesta en escena recursiva, en una soporífera función mil veces vista. Desde que entra en escena hasta que cae el telón no hace otra cosa que interpretar su papel, línea a línea, parlamento a parlamento, sin fallar el tiempo, y siempre dando el pié justo a los involuntarios actores de reparto de turno.

Tengo una idea fantástica: ¡escribir su próximo guión!, Pero necesito un cómplice para que me provea la ayuda necesaria para llevarlo de escena a escena durante la obra y evitar también cualquier atisbo de originalidad en sus monólogos, creo que será sencillo, mas aún tomando en cuenta lo bien que lo conozco, sé exactamente que lugar puede transformar en su escenario, sé también como va a hacer su entrada, sé que comentario dispara que anécdota, cual anécdota dispara esa carcajada y que carcajada es el prologo para tal remate.

Y así en el bar-escenario de elección, durante el clímax de su anécdota preferida, esa generadora de sus más profundas conclusiones y antes del orgásmico remate final, mi personaje, el guionista, se pondrá de pié frente a él atrayendo su atención y la de mis compañeros actores, y presionando la colilla del cigarrillo en el cenicero desenfundará con la agilidad de un pistolero del lejano oeste el guión y lo dejará caer lentamente delante de sus ojos. Protagonista y circunstanciales actores de reparto quedarán atónitos leyendo lo que pasó en la última hora de sus vidas, aceptando el echo de que solo somos personajes de un guión propio o ajeno.

01 junio 2006

Faltan 9 días

Y si, uno se siente un tipo mas o menos inteligente, que puede mantener una conversación interesante utilizando oraciones que contienen una o dos palabras “difíciles” como ácido desoxirribonucleico o psiconeuroinmunoendocrinología (esa es jodida) y con cuidado de usar correctamente adverbios de tiempo y lugar.
Es quizás por eso que me sienta desilusionado de mi mismo cuando en ciertos momentos y bajo ciertas circunstancias termine tirando la chancleta e inesperadamente actuando de una forma muy poco racional.


Bueno, posiblemente ya lo adivinaron en mi caso esto es simple y pasa por el fútbol.Generalmente durante una discusión deportiva (o sea fútbol) por mas apasionada que esta sea trato de mantener la calma y ser lo mas objetivo y neutral posible, cosa totalmente antinatural pero por demás útil si lo que se pretende es mantener la integridad física.


Pero sucede que cada cuatro años y con los primeros fríos se produce una extraña conjunción planetaria, que produce una mutación en mi ser. Los cambios físicos son casi imperceptibles o atribuibles a otras causas como la mayor ingesta de calorías durante el invierno, pero lo que si son claros son los cambios psicológicos. Es notable el cambio de humor, la reacción exagerada antes hechos irrelevantes y la intolerancia a flor de piel.


No se con que nombre técnico llamaría un especialista a este síndrome, pero el común de los mortales lo conocen como “El Mundial”. Y listo!, es todo lo que necesito escuchar para empezar a salivar fútbol como tarado y repetir mentalmente la frase "Barrilete cósmico de que planeta venís" como si se tratara de un mantra, para que mis conversaciones sobre cualquier otro tema tengan menos contenido que los horóscopos del chicle globo Bazooka, para que la misma memoria que falla para aniversarios y cumpleaños ahora me permita recordar la formación con suplentes incluidos de la selección de Servia y Montenegro (bueno casi), para sentirme mas argentino que Laprida y demás congresales el 9 de Julio, para sensibilizarme de tal forma que no creo que nada me haya causado tanta indignación e impotencia como aquel famoso penal cobrado por Codesal en la final del '90, o para no evitar que se me piante un lagrimón al ver una propaganda de Quilmes ...


Y si, lo que se llama un reverendo boludo!


Pero bueno solo pasa cada cuatro años y lo pienso disfrutar como chancho!! total dentro de un mes todo regresa a la normalidad, los ánimos se apaciguan y solo resta ver los domingos el resumen de la fecha en Fútbol de Primera y cada tanto ir a la cancha a alentar a la Lepra a ver si de una puta vez sube a la B ... que triste.